La composición del sofá y su mantenimiento
Pensar en el aspecto estético del tipo de tapicería es una cosa, pero no hay que olvidar su mantenimiento. Porque el cuero no se beneficia de los mismos cuidados que la tela, por ejemplo. Necesita más atención para estar bien cuidada, con productos específicos como la leche hidratante.
En el caso de la tela, existe la clásica limpieza con productos naturales, pero si se puede retirar la funda, su mantenimiento es aún más cómodo. Esto optimizará su vida útil.
Para garantizar la durabilidad de su sofá, es necesario pensar detenidamente en la limpieza y la posible reparación, teniendo en cuenta la frecuencia de uso y los cuidados que se le dan.
Hay todo tipo de revestimientos, naturales o sintéticos. Sin embargo, incluso lo que parece natural debe elegirse con cuidado. En el caso del cuero, es aconsejable fijarse en el origen y, si es posible, en el tipo de curtido. No todo el cuero es de la misma calidad. Algunas sustancias utilizadas en el proceso de curtido son cancerígenas y tienen un impacto medioambiental negativo.
Más allá de la tapicería, están todos los demás materiales que componen el asiento, el respaldo y la estructura de la base. No son necesariamente los elementos en los que se piensa primero porque están ocultos, pero son importantes.
La calidad de la estructura general afecta al confort y la durabilidad del conjunto. Entre los juegos de los niños, las noches de sofá y cine, las mascotas, cuanto más robusta sea la estructura, más resistirá los peligros de la vida cotidiana. Por ejemplo, se recomienda especialmente la madera maciza para garantizar una larga vida útil y un confort óptimo.
En cuanto a la tapicería del asiento, del respaldo o de los cojines, también en este caso, si se opta por la calidad, se evitarán los inconvenientes de un descolgamiento prematuro, que puede suponer una pérdida de confort pero también de estética. Deben evitarse los materiales sintéticos como la espuma. Su resistencia es demasiado baja. Entre los materiales más resistentes está el látex natural, que puede soportar el paso del tiempo sin deformarse. Para que te hagas una idea de la durabilidad: cuanto mayor sea la densidad, más resistente será el material.
Desgraciadamente, los sofás fabricados en su mayoría con materiales naturales son escasos.
El lugar de fabricación suele ser sinónimo de calidad buena o media, según la ubicación.